lunes, 8 de diciembre de 2008

Discapacidad

La discapacidad forma parte de la naturaleza, irremediablemente indivisible, dolorosamente día a día.
“He zurcido cada segundo con el esfuerzo y la voluntad ante el cansancio y el tedio que da la espera inagotable para el resultado alegre de la satisfacción y la plenitud de mis andanzas.”
(Jael Cepeda, con secuelas de una deformidad craneofacial)

2 comentarios:

Betty dijo...

Para mí, todos somos discapacitados menos tú.
tqm

Jael Cepeda dijo...

Gracias por el tiempo...
Tengo que reconocer (me ha sido difícil) de cara al mundo que la belleza es infinita y la discapacidad lamentable y en contraste irrisoria.
El viento es una seda sobre mi rostro. ¡Qué plenitud!
Besos.